Presentamos diez datos interesantes sobre nuestra
galaxia, la Vía Láctea.
1.- TIENE
FORMA LENTICULAR
La Vía Láctea es un disco de unos 120.000 años luz de diámetro, con un núcleo central cuyo diámetro es de 12.000 años luz. El disco dista mucho de ser perfectamente plano según se puede apreciar en la figura adjunta. ¿Por qué tiene forma lenticular? Dos de nuestras galaxias vecinas, la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes han estado en competencia de fuerzas con la materia oscura presente en la Vía Láctea como si se tratara del juego de la Guerra de las Galaxias. Al jalar se establece una especie de frecuencia oscilatoria que tira del gas hidrógeno (que la Vía Láctea contiene en gran cantidad).
2.- POSEE UN
HALO, PERO NO SE PUEDE APRECIAR DIRECTAMENTE
La Vía Láctea posee un halo de materia oscura que
constituye más del 90% de su masa total. Sí, el 90%, esto quiere decir que todo
lo que podemos ver a simple vista o mediante telescopios, representa menos del
10% de su masa. Ahora bien, no es como los halos que aparecen en los dibujos
animados. Este halo, realmente es invisible, aunque sabemos que existe mediante
las simulaciones realizadas en las que la Vía Láctea presenta un gran parecido
y en las que se puede apreciar la rapidez con que las estrellas orbitan en el
interior del disco galáctico alrededor de su centro. Cuanto más masivas son,
más rápidas describen su órbita. Si admitimos que la galaxia está compuesta
únicamente por la materia que podemos ver, entonces obtendríamos para las
estrellas una velocidad de rotación muy inferior de la que debería ser, por
cuya razón, el resto ha de ser necesariamente la esquiva “materia oscura”, o
materia que únicamente interactúa gravitacionalmente (hasta donde sabemos) con
la “materia normal”.
3 .- TIENE MÁS
DE 200.000 MILLONES DE ESTRELLAS
Dentro del conjunto de galaxias, la Vía Láctea tiene
una masa intermedia. La mayor galaxia conocida, la IC 1101 tiene más de 100
billones de estrellas y otras grandes galaxias pueden tener más de 1 billón de
estrellas. Galaxias más pequeñas como la Gran Nube de Magallanes anteriormente
citada podría tener alrededor de 10 mil millones de estrellas y nuestra Vía
Láctea posee entre 200 y 400 mil millones de estrellas, pero cuando miramos al
cielo por la noche, lo máximo que podemos observar desde cualquier lugar de la
Tierra son 2.500. Pero esta cifra no es invariable, puesto que nuestra Vía
Láctea está perdiendo estrellas constantemente mediante las supernovas o se
están creando nuevas a razón de unas siete por año.
4.- ES
REALMENTE POLVORIENTA Y GASEOSA.
Esto no se puede apreciar con la mera observación,
pero la Vía Láctea está llena de polvo y gas. Y, cuando afirmo que está llena
de polvo, quiero decir que solo podemos ver unos 6.000 años luz del disco de
nuestra galaxia en el espectro visible teniendo presente que su diámetro es de
unos 100.000 años luz. El polvo y el gas constituyen nada menos que el 10-15%
de la “materia normal”, perteneciendo el resto a las estrellas. El espesor de
la nube de polvo impide el paso de la luz visible, pero la luz infrarroja si
puede atravesarla, razón por la cual los telescopios infrarrojos como el Telescopio
Espacial Spitzer constituyen una herramienta muy valiosa para la cartografía y
el estudio de la galaxia. El Spitzer sí puede ver a través del polvo y nos
puede proporcionar imágenes extraordinariamente claras, de lo que está
sucediendo en el núcleo de nuestra galaxia y en las regiones de formación de
estrellas.
5.- ESTÁ
COMPUESTA DE OTRAS GALAXIAS
La Vía Láctea no fue siempre como es ahora, una
hermosa espiral barrada. Se transformó en su tamaño y forma actual devorando
otras galaxias. Y aún hoy lo está haciendo con la Galaxia Enana Can Mayor, la
más cercana a la Vía Láctea puesto que sus estrellas están siendo añadidas al
disco de la Vía Láctea, y en el pasado también ha consumido otras en su larga
historia, como la Galaxia Enana de Sagitario.
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